El piloto de la serie (el preair que se filtró a principios del verano de 2008) lo vi influido por la vorágine Lost y completamente enganchado a JJ y sus colegas, y aunque se nota su mano en muchos detalles, enseguida se vio que los misterios y la trama iban por un camino mucho más acertado.
Siempre he tenido la sensación con esta serie de que tenía una versión mejorada, y sobre todo más ordenada, de los misterios de Lost, en la que te iban suministrando las dosis precisas de información y suspense para que pudieses continuar con interés la trama y a la vez no te quedase la sensación de que se iban metiendo en un jardín del que no iban a poder salir.
Teniendo en cuenta que la serie se emite por una Network y por lo tanto tiene 22 episodios por temporada en vez de los habituales 13 de las cadenas de cable, tiene aún mayor mérito porque estoy convencido de que si la emitiese AMC o SyFy y sólo tuviese 13 episodios se condensaría la acción y sería aún mejor, porque el debate que siempre existe en torno a Fringe es si los episodios autoconclusivos son un estorbo que nos impide que sigan con la trama central, y aunque al principio resultaban bastante cansinos, en lo que llevamos de tercera temporada han encontrado el equilibrio perfecto entre autoconclusivos y trama central.
Una novedad que han aportado los creadores de la serie ha sido el cambio en los roles tradicionales de los protagonistas masculino y femenino. Olivia es el chico, es dura, es policia y suelta golpes y pega tiros como si no costase, mientras que Peter es la chica, cuida de su padre, no lleva armas y necesita que le salve Olivia cuando se encuentra en peligro. Todo esto está hecho con un cuidado y una sutilidad que consigue alejar a los personajes de los típicos estereotipos sin caer en el ridículo.
Y es que el reparto de la serie está muy bien elegido y a pesar de que la

Walter, en un registro completamente diferente al de otros papeles anteriores como Denethor en el Señor de los Anillos o el consul ruso al que Super Jack Bauer tortura y se ventila en dos episodios, ha conseguido alcanzar el equilibrio necesario para convertirse en el pilar principal de la trama en ambos lados. Y es que he de reconocer que en algún momento, sobre todo en la primera temporada me ha llegado a resultar un tanto cansino con tanta payasada y tanto típico comentario de comida mientras revuelve en trozos de cerebro o recoge supurantes fluidos viscosos de algún cadaver.
En cuanto a los secundarios, destacan sin duda Phillip Broyles en su eterno papel de Jefe de Policia, FBI, CIA, Fringe Division o lo que sea, siempre y cuando sea mandando, y Charlie, que en sus papeles pasado y presente es sin duda el complemento perfecto de Olivia.
Con respecto a Charly siempre me quedará la duda de si el famoso episodio perdido de la segunda temporada no sería un globo sonda o una equivocación cometida adrede por los creadores para ver la reacción del público sobre lo que tenían en mente, y es que en ese episodio se atisba parte del desarrollo de la acción en la que nos encontramos ahora mismo.

Todo hacer indicar que Fringe sigue evolucionando y creciendo y aún le queda bastante por recorrer. Esperemos que en Fox sepan ser pacientes y aunque no sea la más vista, la vayan renovando hasta que ese recorrido se complete.